Fear and Marketing una combinación alternativa

Dante Leon | Mazo 27,2019

 

Construir una campaña de marketing es por mucho una carrera llena de creatividad, ingenio e información, donde llegar a la meta se trata de construir un idea que no sólo impacte al público sino que evoque una experiencia completa en él. Conocer las necesidades de tu público es vital, y entre más lo conoces mejor podrás construir esta idea.

 

Si alguna vez te preguntaste: “¿Acaso mediante el miedo podré impactarlos?” Descuida, no debes sentirte terrible, es algo completamente válido si consideramos que todos tenemos miedos, y, dejando de lado la horrible connotación que tiene la palabra, el miedo es un gran camino de oportunidades. Cuando pensamos en él, situaciones como riesgo, pérdida o vulnerabilidad llegan a nosotros y todas éstas se pueden convertir en una necesidad.

 

Y es que esta emoción puede ser tomada para construir escenarios donde el público reconozca las situaciones de vulnerabilidad, riesgo o pérdida en las que se encuentra y nuestra marca puede ayudarlo a encontrar seguridad.

 

Lea Dunn de University of British Columbia, descubrió que “personas que se sienten asustadas o solas experimentan un apego inusualmente alto a las marcas más cercanas a ellas, por lo que llegan a consumir sus productos buscando una sensación de tranquilidad o seguridad”. También afirma que “estas situaciones se dan debido a que las personas buscamos lazos o conexiones de apego en momentos de miedo” y, como es evidente hoy día, una marca no sólo es un producto o ente corporativo, es una conjunción que construye una experiencia total o 360, creando un lazo con su público a través de la empatía.

 

Dentro del marketing se toman dos enfoques: El primero sería la vulnerabilidad: ante qué hecho o circunstancia soy vulnerable. El segundo consiste en la gravedad: qué tanto me puede afectar este hecho o circunstancia. Y esto es porque, aunque suene tentador construir una escena de miedo para facilitar la venta, la estrategia no debe surcar ese camino. Su fundamento debe ser en algo real que podemos dividir en tres circunstancias:

 

Miedo a ser: Excluido, rechazado.

Miedo al tener: Plagas, problemas, enemigos, circunstancias, etc.

Miedo a la pérdida con base en: Seguridad, dinero, salud, valores en

cualitativo y cuantitativo.

 

Como elementos útiles para construir una estrategia basado en el miedo sugerimos considerar:

 

Plantear una historia. Invitar a nuestro público a reflexionar sobre qué podría pasar en ciertas circunstancias, de forma realista, simple pero detallada y ser exagerado en la dramatización.

 

Ofrecer una solución. Cuidando no mostrarse oportunistas, ofrecer un producto como solución de forma clara, fiable y fácil para prevenir o arreglar el problema planteado.

 

Congruencia ante todo. Si se plantea un problema real se debe ofrecer una solución real, creíble y accesible. Evitar caer en ser fantasiosos.

 

Apoyo de testimonios. Con la participación de personas que han vivido la misma situación, se refuerza el mensaje a transmitir y facilita la empatía y veracidad del mismo.

 

Vinculaciones de actualidad. Construir el mensaje basándose en situaciones actuales, facilita la vinculación de la situación y la relevancia del producto. Sin embargo es importante cuidar que no se vea a la marca como una oportunista de la situación.

 

Tacto. ¡El uso de la retórica es vital! Con suma precaución y elegancia se debe seleccionar las palabras para construir la estrategia, describir la situación y difundir el mensaje.  Recordemos, con las redes sociales es muy fácil volverse viral y no querrán serlo por una razón negativa.

 

Mensajes positivos. En una estrategia publicitaria que estará sustentada en una situación compleja e inclusive trágica, hay que recordar que la base es concientizar más no asustar. Con un tema delicado es mejor enviar un mensaje positivo que muestre las ventajas de las soluciones que ofrece la marca.

 

El miedo puede beneficiar una marca pero sólo si se realiza correctamente. Una herramienta útil y muy viable, siempre y cuando seamos conscientes de no cruzar la línea entre la ética y el exceso. ¿Crees que a tu marca le puede funcionar? Regálanos tu opinión.

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